La vida...
Tenía que actualizar su vida. Había decidido bajarse algún parche que taponara sus heridas, algún pack que le hiciera menos vulnerable. Hacía unas semanas que había detectado errores graves, errores graves de configuración en sus creencias, en su manera de entender el mundo y en sus sentimientos. Tarde, uno siempre se da cuenta de las cosas tarde, descubrió que se había instalado en su interior un troyano que le envenenaba el corazón, que utilizaba a su antojo su libreta de direcciones y que le robaba la información, los secretos y las confidencias que guardaba en el disco duro. Pudo haber llegado en cualquiera de las felicitaciones de navidad que le enviaron, en los archivos de texto que escondían inocentes poemas, en las fotografías del cielo que él mira como si le acercaran a las personas que había amado, o en cualquier de los besos. Tenía que actualizar su vida. Había encontrado problemas de excepción en la comunicación con el sistema, en el reconocimiento de las identidades que le servían para trabajar, en la confidencialidad de los datos... Aún no sabía las consecuencias de instalar en su vida nuevas actualizaciones. Pero no tenía otra alternativa.
2 comentarios
Ruben -
Un abrazo amigo
JB -