
Aquella mañana me desperté como si tuviera algo que hacer. Pero hace muchos días que no tengo ninguna obligación que atender. La verdad es que no sé si volveré a hacer alguna vez algo. Salí a la terraza y todo estaba allí. Como un regalo inmeso para quien quisiera mirar. Y todos dormían. Todos menos yo. Me gusta estar despierto mientras todos duermen. Yo estuve allí cuando el sol quería asomarse al día y la luna aún se entretuvo en el cielo. Entonces supe que aquel sería un buen día. Y así fue. Por la noche asamos sardinas y, a última hora, vinieron Carmen y Antón, y nos contamos historias. Luis preparó una queimada, y cada uno de nosotros formuló en secreto un deseo. Nos acordamos de los que no estaban con nosotros. Y todo estuvo bien.
Yo estuve allí... el resto no importa
2 comentarios
víctor -
ERIKA...AKIRE -
UN BUEN DÍA RECUERDA A OTROS BUENOS DÍAS, Y HACE QUE LE DES LA ESPALADA A LOS MALOS.
UN BUEN DÍA NOS DA ALAS, NOS PERMITE SOÑAR NOS HACE MEJORES.