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el vuelo de la mariposa

Ventoleras

Hay que vivir aquí para saber cómo sopla el viento cuando quiere soplar. El viento nos roba las ideas, las ganas de hacer cosas. El viento nos empequeñece, borra la risa de nuestros rostros, nos impide mirar. Vamos con prisa a todas partes y no me deja hacer una de las cosas que a mí más me gusta: pararme en la calle cuando encuentro a alguien que conozco. Cuando sopla el viento como sopla aquí cuando quiere soplar, antes de llegar a la altura de nuestros conocidos ya adelantamos un "adiós"... que es una declaración de principios.

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Ayer una de las mujeres de mi vida pintó para mí, en secreto, una acuarela. Luego, en secreto, la dejó encima de mi cama y se marchó sin hacer ruido. El cuadro se titula

"El cielo que miraba Paco Ponzán mirado ahora por Víctor Juan".

Y, en secreto, lloré.

2 comentarios

v -

Tú sí que eres mi ídolo. Por todo. Por las lecturas, por la paciencia, por el aragonesismo, por la amistad sostenida durante más de tres décadas, por la risa...por todo. Y me siento como si Pelé entrase en el blog de Luis Carlos Cuartero para felicitarle por el partido del domingo.

Anónimo -

Eres nuestro ídolo. No te parecía suficiente con lo de las patatas asadas, la restauración de muebles, la construcción de edificios de jardín, el cambio de bujías... Ahora resulta que una de las varias mujeres de tu vida -la cosa tiene su aquél- te lleva a la cama acuarelas que tienen que ver con el gran Paco Ponzán. De mayores queremos ser como tú, con serrallo incluido. Y aunque no nos traigan acuarelas, por lo menos que nos lleven el Heraldo, para leer a Antón y ver qué alineación va a sacar Víctor el domingo.