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el vuelo de la mariposa

En el paraíso

En el paraíso Les contaba que ayer pasaría el día en el paraíso. Estuve en Cantavieja. Me gusta conducir sin prisa. Quizá por eso el viaje fue muy agradable. Además, el paisaje del bajo Aragón, con esos colores ocres y pardos, forma parte de mi territorio interior: Alcañiz, Calanda, Mas de las Matas, Aguaviva, las estrechas carreteras del Maestrazgo... Atravesé el río Guadalope y recordé, sin tener el propósito concreto de recordar, tardes de infancia a las orillas de ese mismo río, risas, meriendas y descubrimientos infantiles.

Antón Castro conoce a todos los abuelos y a todos los niños del Maestrazgo. Pude ver cómo bromeaba con algunos de ellos. Cuando bajó del coche les dijo a unos señores que su copiloto, un escultor y pintor que vive en Puertomingalvo le había invitado a atropellarlos. Uno de los abuelos le contestó que andara con cuidado porque un viejo cuesta mucho tiempo de hacer. Enseguida empezaron a contar historias del maquis, de las fotografías que tomaba Patricio Julve y de los amores imposibles de los seres que pueblan el paraíso.

Conocí al gran Pepe Cerdá, que derrochó inteligencia y sentido del humor durante toda la tarde. Como decía Antón Castro, es difícil encontrar a un pintor de tanto talento que no sea un pagado de sí mismo.

Para volver, Antón me dibujó en la servilleta de un bar un mapa detallado de ese laberinto de silencios que él conoce piedra a piedra. Y yo, que me pierdo cada vez que tengo la mínima oportunidad de hacerlo, encontré la salidad sin ningún problema. Tres horas de carreteras desiertas. Tres horas pensando en ella.

Y sí. En el paraíso pude ver a Eva, desnuda, tomando el sol.

4 comentarios

Anónimo -

Ha sido delicioso estar con Pepe Cerdá. He descubierto la diferencia existente entre lo que es un pintor y lo que es un artista , un creador.Mi pena es la de no tener el suficiente don de la palabra para poder expresar mis ideas y sentimientos, pero a la vez, desde mis silencios intento alimentarme de lo que veo de lo que palpo y de lo que me trasmitís. Muchas gracias por mantenernos despiert@s. Gracias Antón.

Anónimo -

Víctor: hay que decirle a Martín Mormeneo que esta Sonia, además, es un buen partido: cada día un coche diferente. Haría buena pareja con un amigo mío que tiene también una gran mansión en la que se cena estupendamente. Por cierto, se han acabado los libros aragoneses, ¡a pasear el perro, qué coño!

víctor -

Lo de Eva es, mi querido anónimo, rigurosamente cierto. Lo mejor es que el miércoles estuve en Garrapinillos porque recibí aviso para recoger "Romancero de la libertad" de Gregorio Oliván.
Y ví a Sonia. Esta vez conducía un todoterreno.

Moraleja: que hay que estar atento a todo, o salir a pasear al perro en el momento preciso, o amar los libros aragoneses, raros y curiosos. Y lo del volvo hubiera sido ayer definitivo.

Anónimo -

Víctor: lo de Eva es una provocación. La próxima vez iré contigo a Cantavieja. Llevaré el volvo.