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el vuelo de la mariposa

Un gran decorado

Las vacaciones son el tiempo del simulacro porque todo es mentira. Nos relajamos, pasamos calor, nos destrozamos en las carreteras, nos bañamos cerca de otros cuerpos que no son nada para nosotros, aunque durante unos días durmamos bajo el mismo techo y comamos en el mismo comedor. Es como si todo fuera un gigantesco decorado: la abundancia, las sonrisas pagadas, los pantalones cortos, las chanclas... Todo es falso. Salvo la ilusión de los niños. Y el cielo, claro

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